Mitos sobre la violencia sexual
Es crucial abordar el tema de la violencia sexual con sensibilidad y precisión. Los mitos sobre la violencia sexual pueden contribuir a malentendidos y estigmatización. Aquí presentamos algunos mitos comunes relacionados con la violencia sexual en Chile:
Mito: La violencia sexual solo ocurre en lugares peligrosos o en la noche.
Realidad: La violencia sexual puede ocurrir en cualquier lugar y a cualquier hora; no está limitada a entornos peligrosos o nocturnos. Puede suceder en el hogar, en el trabajo o en lugares que se consideran seguros.
Mito: Las víctimas provocan la violencia sexual debido a su comportamiento o vestimenta.
Realidad: La responsabilidad de la violencia sexual siempre recae en el agresor, no en la víctima. Nadie provoca ni justifica la violencia sexual.
Mito: La violación solo es válida si hay resistencia física y verbal por parte de la víctima, es decir, si grita, se resiste o lucha.
Realidad: La falta de resistencia física y verbal no invalida la experiencia de una víctima. La coerción, el miedo y la manipulación emocional también son formas de violencia sexual.
Mito: Las víctimas de violencia sexual siempre denuncian inmediatamente.
Realidad: Muchas víctimas de violencia sexual no denuncian de inmediato debido al miedo, la vergüenza, la culpa o la falta de apoyo. La demora en la denuncia no invalida la experiencia de la víctima.
Mito: La violencia sexual solo afecta a mujeres.
Realidad: La violencia sexual puede afectar a personas de cualquier género y orientación sexual. Es importante reconocer y abordar la diversidad de experiencias de las víctimas.
Mito: La violencia sexual es un problema individual y no afecta a la sociedad en su conjunto.
Realidad: La violencia sexual tiene consecuencias a nivel individual y social. Puede contribuir a la perpetuación de patrones de desigualdad de género y afectar la salud mental y emocional de las víctimas. La afectación no es solo individual, sino también subjetiva y sistémica.
Mito: Solo las personas desconocidas cometen violencia sexual.
Realidad: La violencia sexual a menudo es perpetrada por personas conocidas, como amigos, familiares o parejas íntimas. La confianza previa no excluye la posibilidad de agresión sexual.
El estigma en torno a la violencia sexual establece una barrera para entender y empatizar con las víctimas. Es por esto que las víctimas muchas veces optan por el silencio. Por ejemplo, el relato de la víctima tiende a cuestionarse y estigmatizarse en relación con el tiempo transcurrido desde la situación y cuando reveló lo sucedido. Los mitos refuerzan el estigma, perpetuando creencias erróneas que culpabilizan a las víctimas y contribuyen a la problemática. Es esencial desafiar estos mitos para abordar el estigma asociado a la violencia sexual y comprender mejor a las víctimas.
Compartir: